La historia de Derek Redmond nos enseña que a pesar de todas las adversidades, siempre debemos mantener nuestra cabeza en alto, dar nuestro mejor esfuerzo y no rendirse hasta alcanzar la meta.
En el camino cuando sentimos que ya no podemos más, siempre aparecerá alguien para darnos una mano.



SUPLEMENTO

Informe Robinson:





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